Elegir la gráfica apropiada es un paso clave a la hora de representar adecuadamente la información. Es por eso que te presentamos una serie de recomendaciones que te ayudarán a seleccionar la gráfica que mejor se ajuste a las necesidades de cada caso.
Para comenzar puedes hacerte preguntas como: ¿Qué tipo de valores voy a representar? ¿Qué relación tienen entre sí los datos? ¿Cuántas series necesito presentar? De esta manera podrás acotar tu lista de opciones. Con las respuestas en mente, elige la categoría que mejor se ajuste a la necesidad de representación en la que estás trabajando:
Desviación: Enfatiza en las variaciones con relación a un punto de referencia. Usualmente ese punto es el cero, pero también puede ser un valor objetivo o un promedio de largo plazo.
Ejemplos: superávit/déficit comercial o cambio climático.
Correlación: Muestra relaciones entre una o más variables. Ten en cuenta que a menos que lo indiques de otra manera, la mayoría de lectores entenderá que las relaciones que muestres serán causales, es decir que una causa la otra.
Ejemplos: inflación y desempleo, ingresos y expectativa de vida.
Ranking: Se usan cuando la posición de un ítem en una lista ordenada es más importante que su valor absoluto o relativo. No temas resaltar los puntos de interés.
Ejemplos: riqueza, privación, tablas de la liga, resultado de una elección constitucional.
Distribución: Muestra valores en un conjunto de datos y qué tan frecuentemente ocurren. La forma de una distribución puede ser una manera memorable de resaltar la falta de uniformidad o igualdad en los datos.
Ejemplos: distribución de ingresos, distribución de población (edad/sexo), inequidad.
Magnitud: Muestra comparaciones de tamaño. Estas pueden ser relativas (siendo solo capaces de ver las más grandes) o absolutas (se necesitan ver las pequeñas diferencias)
Usualmente estas muestran cantidades como dólares, personas o barriles y no porcentajes o tasas calculadas.
Ejemplos: producción de materias primas, capitalización del mercado y volúmenes en general.
De una parte al todo: Muestra como una entidad puede ser mostrada descompuesta en sus elementos constitutivos. Si el interés del lector está únicamente en el tamaño de los componentes, considera usar un gráfico de magnitudes en su lugar.
Ejemplos: Presupuestos fiscales, estructuras de la empresa, resultados de elecciones nacionales
Espacial: A parte de los mapas de localización, solo se utilizan cuando las ubicaciones precisas y los patrones geográficas en los datos que son más importantes para el lector que cualquier otra cosa.
Ejemplos: Densidad poblacional, ubicaciones de recursos naturales, riesgo o impacto de desastres naturales, zonas de captación, variación en resultados electorales.
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